miércoles, 21 de septiembre de 2016

Cordando acompañada, además, por Bobin

   He encontrado un libro que me sabe decir en estos asuntos. De él proceden los párrafos que siguen:  
  
   "La sangre que deja de correr por las venas de los muertos son sus vivos quienes la pierden" (...)


   "Es como si estuvieras detrás de un cristal o detrás del aire, detrás de algo que no es más grueso que un milímetro de aire, de luz y de cristal, estás justo al otro lado, cuando miro no veo nada. Si miro bien, durante mucho tiempo   -y escribo estas líneas para mirar bien, para mirar mucho tiempo este milímetro de aire, de luz y de cristal-   , si miro bien me digo que terminaré por ver, por comprender, y aunque mis ojos se hagan a la oscuridad, aunque el deslumbramiento de muerte disminuya de intensidad, aunque un día vea y comprenda, yo sé que este milímetro de aire, de luz y de cristal seguirá siendo para mí infranqueable, y en cambio tú lo franqueaste en un segundo. Es cierto que poseías todos los dones, es cierto que escribo también para eso, para decir: sé lo que es un genio, he conocido uno en mi vida" (...)


   "Al principio creí perder la voz  -la palabra y la muerte son como dos personas que quisieran entrar en  una habitación al mismo tiempo y se entorpecen, se quedan bloqueadas en la puerta-  (...)
 

                    (Bobin, Christian, La más que viva, (trad. Gutiérrez Cartera),Libros canto y cuento, 2015, pp.13, 16-17, 35)


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