Pasan hoy las nubes, plomizas, deshilachadas, como una cabalgata de espectros en marcha hacia poniente. Al fondo, en el hueco que deja libre mi horizonte de azoteas, ha empezado a dibujarse una geografía de cordilleras casi transparentes y delicadísimas; sobre ellas un dragón lánguido se despereza.
A mí me gusta el invierno; me gustan los braseros, el efecto de un té caliente al volver a casa tras el frío, me gusta el olor de las castañas asadas y los edredones espumosos y calentitos, me gustan el silencio en el aire de noviembre y estas nubes de blandura movediza, diligentes fantasmas fabulosos deslizándose hacia dónde.
A mí me gusta el invierno; me gustan los braseros, el efecto de un té caliente al volver a casa tras el frío, me gusta el olor de las castañas asadas y los edredones espumosos y calentitos, me gustan el silencio en el aire de noviembre y estas nubes de blandura movediza, diligentes fantasmas fabulosos deslizándose hacia dónde.
John Constable
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