Me he comprado algunos utensilios de jardinería y he hecho en el ancho alféizar de mi ventana mi homenaje a la primavera. Como ayer racheó el levante, para proteger las pletóricas pero delicadas francesillas, eché el toldo hasta abajo del todo y, de este modo, me he quedado con mi pequeña fiesta de flores sólo para mi propio disfrute(como el gigante del cuento de Oscar Wilde). Sin embargo, esta mañana me ha despertado un jolgorio de pájaros desde el otro lado de la lona blanca y amarilla, y me he acordado de unos versos de Eugenio Montejo:
(...) La primavera con su sangre verde
anda por dentro de las cosas
y el gorrión lo conoce (...)
Por cierto que, hace unos días, Rafa Téllez, el poeta de Fuentepalmera, me contaba que Eugenio Montejo estaba malito. Cuídese mucho, poeta.
He aquí una muestra de este arrebato primaveral en mi ventana hoy, día 15, hacia las 5 de la tarde.